Ya ocurrió en 2004, aquel año los más pequeños no pudieron disfrutar de las habituales atracciones pensadas para ellos. “Los caballitos”, “el saltamontes”, “el tren de la bruja”… desaparecieron de las calles ourensanas debido a la falta de acuerdo en cuanto a la tarifa que tendrían que pagar las atracciones por ubicarse en la ciudad.

Ahora su ausencia se debería a que todavía el Concello no tiene previsto la ubicación definitiva de barracas y atracciones, y, también, a que este año las fiestas del Corpus coincidirán con las fiestas de San Juan que se celebran por toda la comunidad y en las que los feriantes tendrían asegurada su presencia con ubicaciones ya definidas.

Estas fiestas de nuestra ciudad cada año que pasa bajan su nivel y pierden polaridad, siendo más un incordio para el Concello y los vecinos que lo que realmente debería ser: una fiesta.

Si finalmente se confirma la ausencia de las atracciones para los más pequeños se bajaría un nuevo peldaño en la polaridad del Corpus. Cada año sólo hay problemas, que si no hay donde ubicar las atracciones por la oposición de los vecinos, que si los actos que se programan bajan en calidad cada año… Siempre se ven salpicadas con algún problema que acaba por deslucir los festejos.

Fuente: La Región

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